Un plan del Dios se ha ideado para nosotros, una fórmula para la auto realización. Nuestra parte es seguir esta dirección. Esto puede sonar simplista y de muchas maneras lo es. Un formato ha sido establecido por nuestra Alma, un plano para Despertar. La parte difícil para nuestros egos es adhiriese a ella. Nuestro auto ego, nuestra falta de voluntad, se opone y resiste nuestros esfuerzos a esta tarea de "Despertar.” La pereza, la dilación, la resistencia, y el miedo sabotean el poner en acción esta dirección del Alma - seguir nuestra Verdad.

Profundamente dentro de nuestros Corazones está nuestra Voz Auténtica, la voz de nuestra Alma. El recordatorio de quién somos en Verdad, y que en Verdad somos queridamente amados. Recibimos guiaza y claridad continua a cada momento por medio de nuestra Alma. Pues en Verdad, ése es quién nos habla. A menudo, el rugido y el clamor del mundo externo y de los gritos constantes de nuestro propio ego, ahogan la voz quita y pequeña del Alma. ¡Pero solamente si lo permitimos! Cuando nos alineamos consciente y continuamente con nuestra Alma, podemos mantener nuestra alineación con Verdad.

Aquí es adonde viene La Paciencia y La Persistencia para Practicar su Verdad. Les llamamos las "tres Ps" para el Alumbramiento. La paciencia y la persistencia son ambas calidades del Alma. El ego sabe poco sobre de cualquiera de ellas. Podemos ver los resultados de hacer "el Trabajo" de Despertar, pero no siempre tan inmediatamente como nuestro ego quisiera. La urgencia es el sello del ego, recuerda. Nuestra alma sabe que tenemos toda la eternidad "para conseguirlo", y se mueve serenamente de un momento sagrado al siguiente. La paciencia con nosotros mismos es uno de los rasgos más duros a practicar. Cuando vemos resultados positivos, nuestro entusiasmo continuar construyendo lo que se necesita para Despertar.

La disciplina es una de las formas más puras del Amor Propio. Muchos ven la disciplina, como autonegación, severo, o aún la retención del Amor Propio. Esto no es Verdad. La disciplina sirve como dispositivo que se enfoca, manteniéndose en curso con nuestra agenda del Alma. Nos ayuda a supervisarnos en lo referente a nuestra meta de Despertar. Tener la estructura y rutina es también importante en hacer "el Trabajo" de convertirse más y de más infundido en el Alma. Cuando incorporamos las Prácticas, (que han sido trazadas por Alma para nosotros), en nuestras vidas diarias, podemos mantener la energía detrás de las Prácticas frescas nuestra mente y cuerpo.

Otra paradoja que se parece concerniendo la disciplina es que crea la mayor libertad en nuestras vidas. Muchos la creen limitante o restrictiva. Cuando practico mi verdad, significando cuando la hablo, la siento, vivo él, sea; me libera inmediatamente de la preocupación, de la duda, del miedo, y de la toma de decisión. La vida no podía ser más sencilla que seguir, en fe y la confianza completa, esta dirección interna del Alma. La verdad, en la base de cada de nosotros, es que somos Dios, experimentando existencia humana para ampliar nuestro Ser. Mantener este punto de Dios nos mueve serenamente por la vida como Amor, paz, y alegría.

La persistencia sigue a la derecha junto con paciencia. Es muy duro tener uno sin el otro. La paciencia abre la puerta para permitir la continuación de la comisión que la persistencia mantiene. Nuestros egos nos llevan por el mal camino, perdidos, confundidos, rebeldes, y fuera de nuestra comisión. El Alma nos llama suavemente que regresamos. Necesitamos ser disciplinados en nuestra persistencia para permanecer alineados con nuestra Alma, nuestra verdad.

Practicar Nuestra Verdad es manifestar Conscientemente nuestra dirección del Alma. Satisfacer activamente lo que el Alma nos esta dando. Para perseguir lo que nuestro Corazón anhela escuchando y siguiendo sin pausa la dirección de nuestra Alma. Comprometerse a poner esto en práctica continua asegura nuestro movimiento hacia el auto realización.

Cuando Tenemos La Paciencia y La Persistencia para Practicar Nuestra Verdad, hacemos esa verdad más y más, viviéndola más completamente, más profundamente. Somos más infusos por el Alma en cada nuevo momento.

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