Cuando creí que había un Dios, que fue la mayor parte de mi vida, yo salí. No estaba enterado de ello en ese tiempo, sino que proyecté mis asuntos aun no resueltos con mama/papa en El. Creí que alguien, Dios, me salvaría. Aun yo no estaba aceptando la responsabilidad de mí y de mi vida. Aun no sabía que el cielo y el infierno existen solamente dentro de mí. Los creo para mi mismo en cada momento, en cada sensación, pensamiento, palabra, y acto. Elijo a partir del momento al momento en el cual yo deseo vivir.

Cuando descubrí que no importaba si había o no había un Dios, pare de salir. Comencé a, tuve que, tomar la responsabilidad por todo lo que creo en mi vida. Tuve que tomar la responsabilidad de crear mi propia alegría. Porque si Dios no existe afuera de mí, soy el único que puede crear el cielo para mí. Esto fue un cambio importante para mí. Tuve que abandonar la triangulación que había controlado todas mis relaciones hasta este punto. Es decir, tuve que soltar mi necesidad de un Torturador a quien culpar por todas las cosas que no amaba en mi vida. Ningún salvador a quien esperar. Sin un Torturador y un Salvador, ya no podía verme más como víctima. Tuve que realizar que soy todos los papeles en el triángulo: el Torturador, la Víctima, y el Salvador. Nadie más. Solo yo. Creando todo.

Tuve que saber que Mi Amor es la cosa más Poderosa en el planeta, como también es su Amor. Tuve que tomar la responsabilidad de minar la abundancia del Amor, del Oro, de la Santidad dentro de mí y crear todo desde ese lugar del Amor dentro de mí. Tuve que aprender a amarme con ambas, mi luz y mi sombra. Soy listo para hacer el trabajo que hemos venido a hacer... que es crear, crear, crear desde e punto de Amor que Yo Soy/ Somos. Juntos en Amor, en Corazón, en el Conocimiento, en un Grupo. Amamos y aceptamos el mundo y cada uno en él exactamente la manera que ellos son. No podemos cambiar cualquier cosa fuera de nosotros mismos hasta que cambiamos cuál está dentro de nosotros mismos. Únicamente podemos inspirarnos e inspirar a otros. Somos un grupo poderoso. Somos uno con Dios.

Regreso a Misticismo

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