Cada momento es una Oportunidad Divina creada por nuestras almas y sostenida por Orden Divina. Estas Oportunidades Divinas no tienen el propósito de castigar o causar sufrimiento aunque el ego las percibe a menudo de esa manera. Al contrario, la Orden Divina nos presenta con oportunidades de experimentar vida como serie de lecciones y oportunidades para avanzar más allá de las percepciones limitadas del ego. Para avanzar hacia lo infinito del Ama estando aún en materia física. Oportunidades Divinas tienen propósito, son acontecimientos útiles coreografiados por nuestra Alma para crear la oportunidad para nuestro “Despertar."

No hay víctimas en la vida. No hay nadie a quien culpar. La única respuesta apropiada a la vida es la gratitud. Las gracias sinceras por el desarrollo de los acontecimientos tal como son y por la oportunidad ilimitada presentan en cada momento. Hay múltiples niveles del conocimiento y de claridad ofrecidos hasta en la más simple de circunstancias. La única pregunta apropiada aquí es, "¿Qué está realmente ocurriendo aquí?" Investigue conciente y profundamente cada situación, y "Todo le será revelado." Únicamente necesitamos permanecer abiertos para recibir las realizaciones, de intuición, y de claridad. Toda la naturaleza y el universo están aquí para apoyar nuestro avance al Conocimiento. Para demostrarnos a cada instante nuevo la Divinidad en todo. Cada día creamos, cada episodio, como Oportunidad Divina de nuestro Dios-Ser, nuestra Alma. Creamos las circunstancias para las que estamos listos. Frecuentemente repetimos varias veces cierta Oportunidad Divina en una variedad de maneras hasta que la internalizamos y ocurre el cambio. El cambio ocurre cuando entendemos e integramos la Oportunidad Divina en un nivel profundo. Esto causa que levantemos nuestro Conocimiento. El cambio es un aspecto del Amor que asciende desde la actual vibración a una vibración más alta en forma espiral ascendente. Justo como las plantas se mueven instantemente hacia la luz del sol, nosotros los seres humanos nos gravitamos hacia nuestra fuente de ternura y del sostenimiento - Dios, nuestra Fuente, la verdad de nuestro Ser. La Orden Divina de nuestro desarrollo, a cada momento, nos mueve a través de nuestras vidas, en esta dirección.

Nuestra Alma crea la Orden Divina de una manera oportuna, basada en nuestra preparación. Nuestra Alma lo utiliza la Orden Divina para nuestro Despertar. Cuando nos movemos en Confianza y la Fe en esta Verdad, podemos vivir constantemente en un estado de gracia. En la gratitud para cada momento sagrado.

Al principio realicé la Verdad de la Orden Divina algunos años después de que mi padre muriera. Él era un hombre dinámico. Él era el foco de interés de nuestra familia. Nosotros vivíamos nuestras vidas en referente a él, siempre esforzándonos para complacerle. Después de que su muerte, observé grandes cambios y desarrollo en mi hermana, mi madre, y en mi misma. Parecíamos emerger y florecer como individuos. Era como si hubiéramos obtenido alguna porción de la fuerza y de la energía de mi padre después que falleció. Podíamos utilizar esta energía para nosotras mismas. Salimos de su sombra a la luz de nuestro propio ser. Nuestro propósito fue el "Despertar". Recordar la Verdad de nuestro Ser, como quien somos, Dios. Poder vivir en forma humana con este recuerdo en nuestros corazones. El Acuerdo del Alma de mi padre era dejar su cuerpo temprano en su vida, para lanzarnos a un crecimiento y extensión mayor. Esto fue seguramente la Orden Divina en acción.

Cuando vivimos con Confianza y la Fe en la Orden Divina, creyéndolo en la base mas profundad de nuestro ser, podemos vivir cada momento como sagrado. Cuando continuamente le preguntamos al Alma, "¿Qué está pasando realmente aquí?" vemos el cuadro panorámico, la Verdad detrás del drama y de todos los acontecimientos. Esto revela la Orden Divina detrás de todas las experiencias. Somos guiados a cada momento por nuestras Almas. Nuestras Almas siempre están creando los acontecimientos perfectos que nos asistirán en nuestro Despertar. Por esto doy gracias sin cesar y lo aprecio.

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